La regulación del alquiler temporal tenía llegar más pronto que tarde. Después de poner en marcha la nueva Ley Estatal de Vivienda, el Gobierno ha decidido ocuparse del alquiler temporal, que es otra fórmula en auge que no gusta a todo el mundo. Los propietarios de pisos en grandes ciudades o puntos de interés turístico están viendo en esta modalidad de alquiler una manera de rentabilizar su propiedad de manera más rápida que si apostaran por un alquiler de larga duración.
Pero, ¿en qué consistirá exactamente esta nueva norma? ¿Cómo afectará a propietarios e inquilinos?
¿Por qué hay propietarios que se pasan a los alquileres de temporada?
Lo primero que debemos saber es que el alquiler temporal es una fórmula reservada para estudiantes y trabajadores que de manera temporal tienen que trasladarse a vivir a otro municipio, dentro de los tres tipos de alquileres que existen. De hecho, de acuerdo con el Artículo 3 de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), el alquiler de temporada está reservado para aquellos que necesiten alquilar durante un período de tiempo concreto y con el fin de realizar una actividad industrial, comercial, artesanal, recreativa, asistencial, cultural o docente.
Además de regirse por la LAU, los alquileres de temporada también se rigen por el Código Civil. El caso es que al ser temporales, no exigen el mínimo de cinco años de duración que señala la legislación para los alquileres de larga duración. Esto no ata a los propietarios a tener por mucho tiempo a los inquilinos en la vivienda y pueden hacer y deshacer un poco más a sus anchas, según sus necesidades y los cambios regulatorios.
Está claro, pues, que la regulación del alquiler temporal es menos estricta (hasta la fecha) que la regulación del alquiler de larga duración. No en vano, con la nueva Ley de Vivienda, los propietarios con pisos en los municipios declarados como zonas tensionadas tendrán que poner un tope al alquiler. La primera comunidad autónoma en hacerlo será, previsiblemente, Cataluña, a partir de febrero de 2024.
¿Cómo funciona ahora mismo el alquiler temporal?
Ya hemos indicado que el alquiler temporal tiene una regulación menos estricta que el alquiler de larga duración. En principio, los contratos que se realizan se rigen por aquello que acuerden el propietario y el inquilino. Lo único que tienen que hacer, eso sí, es estipular una fianza, porque así lo ordena la LAU. Esta ha de ser de una mensualidad si se destina a vivienda y de dos si se destina a otros usos.
Por lo demás, inquilino y propietario pueden elegir libremente:
- La renta a pagar
- La duración del alquiler
- La posibilidad de prorrogar el contrato
- La actualización de la renta del alquiler
- Si van a realizarse obras o reformas
En el contrato que se realice, además, se debe especificar que el inquilino no tiene intención de establecer ese inmueble como vivienda habitual. Se suele hacer mención en el mismo contrato de la dirección habitual del inquilino (normalmente aquella en la que está empadronado) y la razón por la que se produce el contrato de arrendamiento, la temporalidad y cualquier otro dato sobre el contrato de trabajo o los estudios a cursar, que en principio tendrán una fecha de inicio y de final.
¿Cómo se regulará el alquiler de temporada a partir de ahora?
Por ahora el Gobierno no ha dado a conocer qué medidas se aplicarán de manera concreta para cambiar la regulación de los alquileres de temporada. Sabemos que hay un grupo de expertos trabajando en ello desde finales de 2023 y que el objetivo del Gobierno pasa por tener la arquitectura y el fondo de la regulación en aproximadamente seis meses. Esto significa que pronto tendremos conocimiento de cuáles serán estas medidas para que se establezcan diferencias más claras entre los contratos de alquiler de larga duración y los de temporada.
Desde habitaclia seguiremos atentos a todas las noticias que se produzcan en este sentido para mantenerte informado.