En un mundo cada vez más sobrepoblado, el objetivo de conseguir una oferta inmobiliaria de calidad a precio asequible se ha convertido en todo un reto que nos permitiría avanzar hacia una verdadera democratización del acceso a la vivienda.
No se trata de una idea nueva: el diseño de estructuras prefabricadas o modulares, el uso de materiales más económicos y duraderos o la implementación de nuevas técnicas constructivas, son ideas en las que los profesionales vinculados al mundo de la arquitectura y la construcción llevan trabajando desde hace décadas, especialmente en el ámbito de la vivienda social.
Sin embargo, en los últimos tiempos existe un nuevo elemento clave que abre todo un abanico de implicaciones y posibilidades en este ámbito: la inteligencia artificial (IA). ¿Todavía no tienes claras sus posibles aplicaciones en el mundo de la arquitectura? Toma nota de este proyecto.
Sobrepoblación y vivienda: ¿Cuáles son los retos a los que nos enfrentamos?
La población mundial no deja de crecer como resultado de toda una serie de mejoras que hemos venido implementando desde hace algunas décadas.
Como resultado, no solo nos enfrentamos a una creciente escasez de vivienda, sino también a los efectos de unas condiciones de vida precarias para millones de personas en todo el mundo que, en última instancia, impiden o dificultan el desarrollo personal y el progreso social.
Además, el precio de la vivienda, tanto en propiedad como en alquiler, se ha convertido en una situación muy difícil de asumir para muchísimas familias, una tendencia que toca cada vez más de cerca a las llamadas clases medias.
Por eso, se hace necesario implementar soluciones que den prioridad a un abaratamiento de costes, así como a una mayor sostenibilidad, eficiencia y habitabilidad. Las soluciones prefabricadas o modulares, el uso de materiales sostenibles, reciclados y duraderos son factores que permiten acelerar el proceso de creación de vivienda nueva y reducir los costes asociados, respetando al mismo tiempo el medio ambiente.
Por eso estas ideas son tendencia y, en torno a ellas, existen numerosos proyectos innovadores a la espera de una necesaria acogida por parte de las instituciones públicas, así como del sector privado.
La inteligencia artificial puede ayudar a crear vivienda sostenible
La inteligencia artificial (IA) consiste en la capacidad de ciertos sistemas informáticos y máquinas de ejecutar operaciones similares a las que realiza la mente humana. Nos permite disponer de soluciones que operan de forma similar a nuestra propia inteligencia, lo que se traduce en la posibilidad de delegar tareas en programas y mecanismos capaces de aprender, razonar, percibir y comprender nuestro lenguaje, así como de tomar decisiones autónomas.
El ámbito de aplicación de la inteligencia artificial es inmenso y las soluciones de construcción y arquitectura se encuentran en el listado de materias que pueden beneficiarse, y mucho, de esta tecnología. Así, si bien la IA no podrá sustituir a los profesionales implicados en este tipo de procesos, sí permite agilizar tareas y optimizarlas, abaratando costes y permitiendo un acceso mucho más universal al mercado de la vivienda.
Por ejemplo, es posible diseñar algoritmos y modelos que nos ayuden a ahorrar material, a elegir los mejores elementos constructivos según el caso (teniendo en cuenta las condiciones externas de cada proyecto como clima, suelo, uso…), a escoger la mejor orientación y distribución, a ejecutar el diseño de una vivienda en pocos minutos, a automatizar los efectos de posibles cambios en el proyecto…
Imagen de mindandi en Freepik.
Además, la inteligencia artificial puede agilizar y automatizar la simulación y visualización de proyectos, así como identificar posibles ajustes necesarios antes de pasar a la fase constructiva.
En general, muchas de las ventajas de la IA en materia de construcción tienen que ver con su capacidad de analizar una enorme cantidad de datos de forma muy rápida y eficiente, identificando tendencias y patrones en tiempo real, así como posibles problemas que deben esquivarse.
Todo ello se traduce en un menor coste constructivo y en una mayor durabilidad de la vivienda, así como en una mayor eficiencia energética. También los proyectos de renovación o restauración pueden beneficiarse de estas ventajas.
Proyecto Phoenix, un ejemplo de inteligencia artificial aplicado a la arquitectura
Un ejemplo de aplicación de la IA a la arquitectura lo encontramos en el Proyecto Phoenix, en San Francisco, California (EEUU). Se trata de un total de 316 viviendas económicas y sostenibles diseñadas para dar solución al problema de falta de vivienda asequible en la zona, un problema extrapolable a infinidad de poblaciones en todo el mundo.
El coste de producción de estas viviendas se ha reducido a la mitad con respecto a la suma que normalmente supondría el desarrollo de este tipo de proyecto. También el tiempo de ejecución se ha reducido a la mitad, así como la huella de carbono asociada a su construcción.
Este proyecto es solo el principio: lejos de buscar una propuesta de modelo de vivienda única y reconocible que podría ejecutarse en cualquier lugar del mundo, el objetivo es que, bajo el sistema diseñado para el Proyecto Phoenix, puedan crearse todo tipo de configuraciones y articulaciones en función de las necesidades de cada situación, siempre manteniendo las premisas de bajo coste, escaso tiempo de ejecución y reducida huella de carbono.
AECMAGAZINE
De esta forma, las empresas colaboradoras en este proyecto aspiran a convertirse en parte de una solución global para el problema de la escasez de vivienda a nivel mundial, proponiendo una nueva forma de hacer las cosas en el mundo de la arquitectura que podría alterar el curso de las cosas y transformar para siempre el mercado de la vivienda.
En este proceso, la inteligencia artificial es clave: gran parte de la toma de decisiones es ejecutada por software de inteligencia de diseño creado específicamente para optimizar todas las fases de cualquier proyecto de creación de vivienda. La idea es que el propio software aprenda con cada nuevo proyecto de forma que, en el futuro, pueda diseñar más rápidamente y con más datos.
Además, todos los profesionales implicados en este proyecto trabajan a través de un entorno cloud colaborativo que permite una coordinación en tiempo real de datos y cambios. De esta forma es posible agilizar procesos y abaratar (aún más) los costes.