Los países europeos y norteamericanos son algunos de los mayores consumidores de azúcar del mundo. Pero no solo en el consumo de azúcar sin refinar, sino también en los azúcares contenidos en muchos productos que consumimos. En Europa, el consumo de azúcar es más alto en la zona occidental y central, como se aprecia en Bélgica (48,3 kg), Polonia (45,7 kg), Malta (43,8 kg) o Dinamarca (40,4 kg), los mayores consumidores per cápita, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Consumir demasiado azúcar puede provocar efectos negativos para la salud, como aumento de peso, mayor riesgo de caries y niveles elevados de azúcar en la sangre, lo que puede aumentar el riesgo de desarrollar ciertas enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2.
Por el contrario, los números más bajos se pueden encontrar en Luxemburgo (10,8 kg), seguido de Chipre (17,6 kg), Bosnia (18,3 kg), Albania (18,6 kg), Eslovenia (19,4 kg) o Letonia (19,9 kg), con un consumo per cápita inferior a los 20 kg per cápita. España, por su parte, aparece con un consumo medio de 29,2 kg per cápita, por detrás de Italia (32,9 kg), Francia (33,7 kg) o Alemania (37,7 kg), pero por delante de Reino Unido (24,1 kg) o Portugal (22,7 kg).