Las historias sobre alquileres inaccesibles en Ámsterdam son cada vez más frecuentes, con unos propietarios que no paran de subir los precios de sus inmuebles o, incluso, deciden venderlos a causa de las subidas de tipos. Mientras el precio medio de los alquileres ascendió un 8,2% en el último trimestre con respecto a hace un año, alcanzando los 27,32 euros el m2, las regulaciones del gobierno buscan limitar los costes de alquiler a aquellos que no puedan acceder a una vivienda social, según datos de Pararius.com.
Chantal Stuurman, directora de The Rental Agency en Ámsterdam, ha señalado que una habitación de tres habitaciones que costaba 2.750 euros al mes hace un año ya ha alcanzado los 4.000 euros al mes. Algo que para ella es culpa del sistema de vivienda neerlandés de dos niveles introducido en 2022, que divide las viviendas en distintas clases según sus comodidades y tamaño.
En el caso de que la vivienda se encuentre en una escala baja, estará limitada a alquiler social para personas que ganen menos de 44.035 euros al año, así como parejas con 48.625 euros al año. Estos alquileres están topados a un máximo de 808 euros al mes, lo que supone un descenso en las ganancias importante para aquellos propietarios que antes podían ingresar hasta 2.000 euros al mes, por lo que esas viviendas se ponen a la venta cuando los inquilinos las abandonan.
No en vano, las viviendas de alquiler no considerado social han disminuido en Ámsterdam una quinta parte comparadas con las registradas en 2022, pero este dato se repite en otras ciudades de Países Bajos, como ha señalado Jasper de Groot, director ejecutivo de Pararius. De esta forma, el mercado de alquiler no social cuenta con un 8% de cuota de mercado, frente al 32% con la que cuentan las viviendas de alquiler social, algo que hace que las primeras puedan elevar sus precios de manera significativa.
El Brexit empeora el stock
Además, el ministro de Vivienda, Hugo de Jonge, ha planteado rebajar los niveles de lo que se considera alquiler social para el año que viene, lo que añadiría cerca de 327.500 viviendas más a este segmento, alrededor de la mitad del total actual de viviendas no sociales. Por si fuera poco, el gobierno neerlandés también ha subido las tasas para los propietarios, que deben unir esto a las subidas de tipos y los mayores costes de financiación, algo que ha provocado que muchos vendan sus viviendas y disminuya, por tanto, el stock de inmuebles en alquiler.
El Brexit, que ha hecho que muchas multinacionales decidieran establecer sus sedes europeas en Ámsterdam, no ha ayudado a que estos datos se relajen. Por el contrario, muchos ejecutivos han cambiado Londres por la capital neerlandesa, algo que ha ayudado a que los precios sigan subiendo debido a la intensa competencia existente para hacerse con un alquiler.
La lucha por hacerse con una propiedad ha alcanzado niveles que llevan a muchos a pagar por conseguir avisos de nuevas viviendas disponibles. Es el caso de RentSlam, que cobra 30 euros al mes por avisar a sus clientes de que una casa que encaje con lo que busca ha entrado en el mercado.
Se necesitan 981.000 viviendas para 2030
Así, el déficit de viviendas ha alcanzado las 390.000 este año, frente a las 315.000 registradas en 2022, según datos de ABF Research. Para hacer frente a las necesidades del país, se deberían construir cerca de 981.000 viviendas de aquí a 2030, de las que De Jonge ha prometido 900.000. No obstante, ABF ha previsto que solo será posible llegar a 834.000, con un suelo disponible caro y escaso en los alrededores de Ámsterdam que, junto con la subida en los precios de los materiales y la mano de obra, ha provocado que muchas promotoras congelen sus planes.
Por su parte, las compañías encargadas de construir viviendas sociales han comenzado otra vez sus construcciones, pero necesitan vender viviendas para seguir construyendo más. Asimismo, también planean remodelar alrededor de 1.200 inmuebles para elevarlos de categoría y que dejen de considerarse de alquiler social, mientras la ciudad anima a sus habitantes más mayores a mudarse a casas más pequeñas, así como a residencias.