Tras varios días de suspense en Portugal por la decisión del presidente del país sobre la nueva ley de vivienda, Mais Habitaçao, Marcelo Rebelo de Sousa ha hecho público su veto a la norma. El presidente ha devuelto la ley a la Asamblea de la República, dejando varios «recados» al Ejecutivo socialista de António Costa. Así, el Jefe del Estado ha considerado que la ley de vivienda no es «suficientemente creíble» en cuanto a su aplicación, además de no ser «fácil ver por dónde va a venir efectiva y rápidamente la oferta de viviendas prometida». Estos son los argumentos que explican su veto, punto por punto.
En la nota publicada en la página web de la Presidencia de la República, Rebelo de Sousa ha recordado que, «ya el 9 de marzo», se pronunció sobre los «riesgos de un discurso demasiado optimista, de grandes expectativas en cuanto a los plazos, los medios y la máquina administrativa disponibles y, por tanto, de un posible irrealismo en los resultados previstos«. Además, ha añadido que «seis meses después, el presente diploma confirma desgraciadamente estos riesgos».
Asimismo, el Jefe del Estado ha recordado que la ambiciosa ley promovida por el equipo de Marina Gonçalves para introducir un «efecto rápido en el mercado de la vivienda, que respondiera a la emergencia, fuera válido hasta 2026 -final de la legislatura- y permitiera frenar la vertiginosa subida del coste de la vivienda, a la espera de que los tipos de interés hipotecarios, que lastran 1,2 millones de contratos, detengan su asfixiante subida», parecía, sobre todo, «a los ojos de los portugueses, centrado en cinco ideas muy fuertes».
- El alquiler forzoso de viviendas privadas vacías, aumentando la oferta de viviendas.
- Limitar el alojamiento local, aumentando así también la oferta de alquileres asequibles.
- Reforzar el papel del Estado en la provisión de más viviendas, tanto por sí mismo como en colaboración con cooperativas, ampliando el alquiler asequible antes mencionado.
- La concesión de incentivos públicos al sector privado para aumentar la oferta de viviendas.
- Medidas transitorias, incluidas limitaciones al precio de los alquileres, durante el periodo de puesta en marcha y consolidación de la ley.
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La semana pasada, el Presidente de la República ya decidió no enviar el paquete de medidas sobre vivienda al Tribunal Constitucional, a pesar de que afirmó que no tenía dudas sobre su constitucionalidad, pero dejó abierta a la posibilidad de vetar la ley, algo que ahora se ha confirmado.
Así, a lo largo de los meses, el Jefe del Estado ha criticado el paquete de medidas gubernamentales presentado por António Costa en febrero de este año. No en vano, ha considerado que Mais Habitação conlleva una serie de riesgos y resultados «poco realistas», con siete puntos principales.
- «Salvo en una medida limitada, y con fondos europeos, el Estado no asumirá la responsabilidad directa de la construcción de viviendas».
- «El apoyo dado a las cooperativas o el uso de edificios públicos vacíos y privados comprados o contratados para alquiler asequible, implican una lenta burocracia y el uso de entidades desbordadas por otras tareas, como el Banco de Fomento, así como sin medios para atender la demanda, como el Instituto de Vivienda y Rehabilitación Urbana (IHRU)».
- «El arrendamiento forzoso es tan limitado y requiere tanto tiempo que aparece como un emblema meramente simbólico, con un coste político mayor que el beneficio social tangible».
- «La igual complejidad del régimen local de alojamiento hace dudar de que pueda lograr de manera rápida los efectos deseados».
- «A pesar de las correcciones realizadas sobre los alquileres forzosos y los alojamientos locales, es poco probable que esta ley devuelva la confianza perdida a la inversión privada, y la inversión pública y social que prevé es contenida y lenta».
- «No hay nuevas medidas a la vista, con efecto inmediato, para responder a la asfixia de muchas familias ante el peso de las subidas de los intereses y, en muchas situaciones, de los alquileres».
- «No hay acuerdo de régimen y, sin un cambio de rumbo, puede que no lo haya hasta 2026″.
Así, para Rebelo de Sousa, «no es fácil ver de dónde va a salir eficaz y rápidamente la oferta de vivienda prometida», y considera que éste «es un ejemplo de cómo un mal comienzo en la respuesta a una necesidad que el tiempo ha convertido en dramática, crucial y muy urgente puede marcarla negativamente».
En definitiva, el Presidente de la República ha señalado que «ni en el alquiler forzoso, ni en la vivienda de proximidad, ni en la implicación del Estado, ni en su apoyo a las cooperativas, ni en los medios y plazos concretos de actuación, ni en la ausencia total de acuerdo de régimen o de consenso partidista mínimo, este diploma es suficientemente creíble en cuanto a su aplicación a corto plazo, y por tanto movilizador para el desafío que deben afrontar todos sus protagonistas esenciales – públicos, privados, sociales y, sobre todo, los portugueses en general.»
Por otra parte, también ha indicado que «que la mayoría absoluta parlamentaria puede repetir dentro de unas semanas la aprobación que acaba de votar», pero «esto no es lo que puede o debe impedir la expresión de una convicción profunda y de un sereno juicio analítico negativo».
Se trata de la vez número veintiocho que un Presidente de la República ejerce su derecho a veto en el país vecino: cinco de ellas se referían a decretos gubernamentales y las 23 restantes a leyes de la Asamblea de la República.
Por su parte, el Partido Socialista ha afirmado que volverá a aprobar la norma en el Parlamento. Mientras, el resto de partidos, tanto de izquierda como de derecha, aplauden la decisión del Presidente de la República.
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Mais Habitação no cuenta con la «base de apoyo nacional que necesitaba»
No en vano, el Presidente de la República justificó su veto político al decreto sobre vivienda por la falta de consenso de los partidos, además de alegar la escasa eficacia de las medidas, afirmando que «la vida sigue» si el Partido Socialista confirma el decreto.
«Enumero, punto por punto […], las deficiencias de la rápida aplicación de este paquete y la falta total de acuerdo del régimen, de consenso total de los partidos, con sólo una fuerza política votando a favor, dos diputados de otras dos fuerzas políticas absteniéndose y todo lo demás votando en contra. Lo que necesitábamos era una reforma que no fuera para dentro de dos años, dos años y medio, y para eso tenía que contar con un apoyo significativo en el Parlamento», declaró Marcelo Rebelo de Sousa en la primera de sus dos jornadas de visita oficial a Varsovia.
Así, el Jefe del Estado añadió que, «sabiendo que hay una mayoría que puede reconfirmar la norma, en conciencia no podía dejar de decir lo que pensaba», porque el conjunto de diplomas «no representaba la base de apoyo nacional que se necesitaba».
Por último, declaró que «se trata de que la Asamblea de la República ejerza sus poderes, y el Presidente está ejerciendo los suyos. La Asamblea lo confirma, la vida sigue y estaremos vivos para ver el resultado dentro de dos o tres años».