Los acreedores corporativos europeos más arriesgados están teniendo que asumir la prima más alta en siete años para poder acceder al mercado de bonos basura del continente, que se valora en más de 412.000 millones de euros. El creciente temor a que se produzcan nuevos impagos por unos tipos de interés muy altos de forma prolongada y una posible desaceleración económica comienza a ponerse de manifiesto.
El diferencial entre los rendimientos de la deuda corporativa con calificación triple C o inferior y la deuda pública ya se ha ampliado a más de 18 puntos porcentuales de media, lo que supone el mayor diferencial desde junio de 2016, según el índice ICE BofA.
Este dato también supera los niveles de 2020, que estuvo marcado por el temor de impagos desencadenado tras la crisis de la pandemia. Cabe destacar que a principios de 2022, la diferencia se encontraba en solo 6,7 puntos porcentuales.
La preocupación de que el Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal estadounidense mantengan los tipos de interés elevados por más tiempo para controlar la inflación ha provocado que los rendimientos de la deuda pública se disparen en las dos regiones, pero los rendimientos de los bonos corporativos se han elevado todavía más rápido.
El riesgo de impago termina por compensarse exigiendo mayores primas, lo que explica la rápida ampliación en los diferenciales. No en vano, empresas europeas como la francesa Casino Guichard-Perrachon, la holandesa Keter y la compañía Ideal, con sede en Bélgica, ya han impagado bonos o préstamos en los últimos meses, según la agencia de calificación Moody’s.
Los analistas e inversores destacan los problemas estructurales en el mercado de bonos de alto rendimiento europeo, al que le falta profundidad y liquidez. Esto ha provocado que los movimientos hayan sido más bruscos que los producidos en la misma clase de activos en EEUU.
“Europa tiene un sistema financiero basado en bancos. Estados Unidos tiene un sistema financiero basado en el mercado”, afirma Torsten Sløk, economista jefe de Apollo. «Hay muchos menos lugares adonde ir en Europa; en realidad, básicamente sólo se puede ir al sector bancario, porque los mercados crediticios desempeñan un papel mucho menor».
A pesar de que los diferenciales en EEUU se han ampliado de manera más moderada que en Europa, ya que se encuentra en alrededor de 10 puntos porcentuales, son muchas más las empresas del otro lado del Atlántico que han dejado de pagar su deuda.
Además, el mercado de bonos de alto rendimiento estadounidense asciende a cerca de 1,3 billones de dólares (1,1 billones de euros), lo que supone que los acreedores europeos de baja calificación también sufren las consecuencias de tener menos inversores. Este menor tamaño también facilita que los créditos individuales tengan una mayor influencia sobre un índice o subíndice.
«Los tiempos de incertidumbre económica y de mercado suelen afectar más a las empresas de menor nivel», señala Christsian Hantel de Vontobel. «Las Triple C son el eslabón más débil del universo de alto rendimiento y del mercado de crédito corporativo en general. No es una sorpresa que veamos más estrés aquí».