Artículo escrito por Blanca Ceña, directora de Vantage Towers en España
Los usos del parque inmobiliario van más allá del binomio vivienda-oficina, aunque en ocasiones nos cueste ver más allá de la función principal de una edificación. Si pensamos en un edificio residencial solo como uno o varios hogares, en un estadio deportivo como un recinto para la práctica de una disciplina concreta o en un centro comercial como un conjunto de tiendas, corremos el riesgo de desaprovechar otros usos potenciales tanto o más necesarios en un momento en el que la eficiencia es un imperativo y el espacio un bien cada vez más preciado.
Esa polivalencia me lleva a hablar de algo tan importante como la conectividad, cuya demanda, lejos de moderarse, va a seguir aumentando de acuerdo con todos los indicadores -se prevé un incremento de cuatro veces su tamaño en 2025 respecto a los niveles actuales-.
Es algo que tenemos tan interiorizado que solo nos damos cuenta de su esencialidad cuando lo echamos en falta. Los ciudadanos y las organizaciones necesitan una conectividad permanente, es un hecho, y los operadores de infraestructuras de telecomunicaciones como Vantage Towers asumimos la responsabilidad de garantizarla, lo que lleva consigo no pocos retos, especialmente cuando se trata de espacios grandes y concurridos, en interiores o subterráneos.
Este incremento de la demanda conlleva, como digo, una serie de retos y desafíos, comenzando por los requisitos de densificación de las redes móviles, que habrá de ser muy superior a la actual. Recogemos el guante ante un desafío que nos obliga a repensar los usos de nuestras ciudades y el rol que desempeñan los elementos que contienen, incluido su parque inmobiliario. Nuestros principales aliados son los DAS (Distributed Antenna System), que son soluciones de cobertura en interiores, que nos permiten ofrecer una experiencia digital ininterrumpida, también en los entornos más retadores en este aspecto.
Este refuerzo de la conectividad no solo ofrece satisfacción de cliente o usuario, ya que le va a permitir disfrutar de la misma experiencia que en exteriores, sino que también aporta valor a una infraestructura dada, que de este modo va a poder ofrecer una mayor gama de servicios y tecnologías.
Las industrias de las telecomunicaciones e inmobiliaria tienen, por ende, la oportunidad de reforzar sinergias para dotar sus infraestructuras de las soluciones que les permitan mejorar la intensidad y la calidad de la señal móvil, y tal cosa es posible gracias a una gama de soluciones que va desde los repetidores, adecuados para locales muy pequeños sin necesidad de capacidad; DAS activo, para zonas de mucho tráfico, o pasivo, ideal para recintos pequeños y medianos; o DAS evolucionado, lo que se conoce como ‘small cells’, pensado para zonas de alto uso de datos y cobertura 5G.
Y, al igual que sucede con el mobiliario urbano-farolas, contenedores o marquesinas van cada vez más acompañadas del adjetivo “inteligentes”-, el inmobiliario es una pieza clave para consolidar una visión a largo plazo que evite hipotecar los despliegues actuales y futuros pensando en soluciones que permitan el crecimiento, la escalabilidad y la incorporación de nuevos servicios, todo ello a la vez que se minimice su impacto.
¿Qué papel jugamos, por tanto, los operadores de infraestructuras de telecomunicaciones en todo esto? El objetivo de compañías como Vantage Towers no es otro que dotar a las ciudades de las infraestructuras que les permitan dar respuesta a esta demanda de conectividad sin renunciar a su desarrollo sostenible. En definitiva, lograr que cuando hablamos de oficinas y campus, estadios y pabellones, hostelería y comercio, aparcamientos subterráneos o infraestructuras de transporte como el metro, podamos hacerlo siempre acompañado del adjetivo “inteligentes”.