El mercado de la vivienda en Reino Unido vive momentos de crisis después de tocar máximos históricos en la primera mitad del año pasado. El aumento de la inflación y la decisión del Banco de Inglaterra de subir los tipos de interés ha frenado las transacciones de viviendas y los precios caen como no se veía desde la anterior crisis inmobiliaria.
Los precios de la vivienda disminuyeron un 3,1% interanual en marzo, según Nationwide, la mayor caída interanual desde 2009. Las dificultades para acceder a la financiación están dejando además un aumento de la oferta de casas en el mercado. Los descuentos que ya se promedian alcanza un 4% del precio de salida, entorno a 14.000 libras, casi 16.000 euros.
Pero existe otro problema en la creación de vivienda de obra nueva en el país. Un tema que ha vuelto a la actualidad con las declaraciones del Secretario de Estado de Vivienda, Comunidades y Gobierno Local del Reino Unido, Michael Gove.
En unas declaraciones durante el prólogo de una colección de ensayos sobre vivienda publicados por el grupo de expertos Bright Blue y la organización benéfica de vivienda Shelter afirmó que el modelo de vivienda en Reino Unido está roto y se necesitan desesperadamente más viviendas.
“El modelo de vivienda actual, desde la oferta hasta los estándares y el mercado hipotecario, está roto, todos podemos estar de acuerdo», ha destacado. “La necesidad de cambio es innegable. Este Gobierno está decidido a construir las nuevas viviendas que nuestro país necesita con tanta urgencia”, concretó. Además, enfatizó en que hay que mejorar la calidad de las viviendas existentes.
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Los conservadores llevan en el poder desde 2010, y en su último programa electoral de 2019 se comprometieron a construir 300.000 viviendas al año en Gran Bretaña a partir de mediados de la próxima década, es decir 2025.
Sin embargo, al partido ‘tories’ le ha resultado difícil avanzar en el cumplimiento de la promesa. En 2020, los planes para obligar a los ayuntamientos a aceptar nuevos desarrollos de viviendas tuvieron que detenerse tras una feroz reacción de los propios parlamentarios del gobierno.
El año pasado, el anterior secretario de Vivienda, Robert Jenrick, ya advirtió al Gobierno del fracaso de esta medida. El pasado diciembre, el Gobierno de Rishi Sunak se vio obligado a diluir los objetivos de vivienda para los ayuntamientos después de que casi 60 parlamentarios conservadores amenazaran con votar a favor de prohibir los objetivos obligatorios.
El proyecto de ley, actualmente en trámite en el Parlamento, introduciría sanciones para los promotores que tarden en construir viviendas ya aprobadas. Además, las medidas del proyecto de ley ‘Levelling-up & Regeneration Bill’ ayudarían a aumentar la oferta.
Reacciones a las declaraciones de Gove y al proyecto de ley
No se han tardado en oír reacciones a las declaraciones del secretario de Vivienda. «Se necesita descaro para que los ministros que han estado en el poder durante 13 años se quejen de nuestro modelo de vivienda ‘roto'», ha destacado Lisa Nandy, del Partido Laborista.
Los laboristas han dicho que, si son elegidos para el gobierno, intentarán aumentar la propiedad de viviendas al 70%. Los liberales, por su parte, han hecho campaña para que los inquilinos obtengan arrendamientos más largos y protección contra aumentos de alquiler injustos.
Otros parlamentarios conservadores también se han mostrado críticos con la nueva normativa que se tramita en el parlamento británico, como sugerir cambios en los impuestos para garantizar que los alquileres turísticos y vacacionales no puedan reclamar una reducción de la tasa hipotecaria.
El crecimiento en el mercado de alquileres de corta estancia ha llevado a grandes aumentos en los precios de la vivienda, lo que hace que la propiedad de una vivienda sea «un sueño inalcanzable» para la población, han destacado varios ‘tories’.
Otro parlamentario, Damian Green, destacó que habría que crean más alojamiento especializados para que las personas mayores se mudaran, liberando así hogares familiares. El diputado conservador, Jo Gideon, dijo que el Gobierno debería brindar más apoyo para alentar a los promotores a construir en antiguas zonas industriales.